martes, 27 de julio de 2010

El Mito del Lobizón


Es de origen europeo-francés (lobis-homen) muy difundido y arraigado entre nosotros, según el cual el séptimo hijo varón seguido y de un mismo matrimonio o concubinato o del mismo padre con la misma madre, se transforma en un animal parecido al perro o chancho todos los viernes a la media noche, para andar por los cementerios, revolcarse en los corrales y gallineros comiendo restos y excrementos.

Su pelaje varía entre bayo y negro, teniendo dos grandes orejas que le tapan la cara y produce un extraño ruido con las mismas que atemoriza a los perros.

Si algún humano lo hiere, cesa el maleficio y se redime, pero una vez ocurrido esto, tratará de exterminar para siempre a quien lo haya herido.

Al hombre se lo reconoce por su palidez, olor desagradable, flaco, alto, huesudo, sufre del estómago por las inmundicias que come los viernes y es por eso que los sábados no se levanta, debe guardar cama.

Para librar al niño que nace séptimo hijo varón de su metamorfosis de Lobisón, se le debe bautizar con el nombre de Benito, apadrinándolo el hermano mayor, aunque lo recomendable es que lo haga el Presidente de la Nación, o un representante legal, generalmente el Intendente del lugar, quien hace entrega de una medalla de oro en el acto bautismal.

De igual modo, si la séptima hija es seguida, resultará bruja, con todos los atributos que ello implica, quedando generalmente soltera. Rigen las mismas leyes para el bautismo.

En el Departamento de Esquina existen varias Medallas Presidenciales de Oro entregadas oportunamente por algún Comisario, Intendente o Diputado.

Testimonio oral y de la zona: Se cuenta en la comarca que cierta vez un corajudo en la certeza de estar frente a uno de ellos, le pegó con la sotera de su rebenque por la espalda, apareciendo con un dolor y una marca en ésa parte del cuerpo un conocido maestro del lugar, corroborándose tal suposición días después al bañarse en el arroyo y descubrirse las huellas del talerazo.

Se dice y es creencia firme: En todas parte aparecen éstas bestias, aunque hoy en la región no exista nadie, aparentemente.

Otro testimonio: Relata el Tío Rubio Ruggeri ( Policía jubilado) que en la década del 1960, ejercía el cargo de Comisario Rural, o Meritorio de Sección, ( en Libertador) una persona de nombre Raúl Bordón, ya de bastantes años y sumamente mentirosa en momentos de informalidad, y cuando en nocturna rueda de mate o guaripola se tocaba el tema Lobisón, solía decir: “... yo tengo varios de éstos bichos y los crío..., ahora tengo al cuidado una lobizona ya grande preñada, así es que pronto tendré varios lobi-zoncitos...”

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